lunes, 19 de septiembre de 2005

Pasiones

“…el tema de la infidelidad y de las relaciones a tres, una formula extremadamente común en el amor…Rene Girard, explica que el deseo es siempre triangular; que sólo deseamos lo que algún otro desea, hasta el punto de buscar que el amado sea infiel para poder renovar nuestra pasión por él. A todo esto hay que añadir el triángulo original freudiano, el viejo y denostado complejo edípico, la pasión por el padre o por la madre, siempre imposible, siempre renovada, siempre intacta, por que esos padres se convirtieron, en el momento de la creación del mundo que se da en toda niñez, en la representación inalterable( e inencontrable) de la Mujer y del Hombre.”(pag.21)

“Por la ternura que se atisbaba por debajo de toda esa rabia y ese dolor, una bondad prisionera a la que él apenas si podía dar salida. La mujeres siempre han sentido el impulso irresistible de rescatar a los hombres de sí mismos.”(pag.119)

“Vistas desde cerca, la mayoría de las historias de amor más conocidas son atroces, … puesto que la pasión es un espejismo, resulta coherente que siempre nos parezcan más intensas, más bellas las relaciones de los otros, antes que los amores propios; y es que de estos últimos conocemos la aspereza de lo real, mientras que la pasión ajena puede mantener intacto el embeleco. Pero cuando aproximamos el microscopio enseguida a parece, como en la gota de agua, un raro hervor de monstruos”. (pag.213)


Extractos del Libro: Pasiones: amores y
desamores que han cambiado la Historia. De Rosa Montero . Ed. Punto de
lectura.