lunes, 12 de noviembre de 2007

¿?

¿Demonios qué pasa con Blogger… ?, ¡pensé que me habían jaqueado mi cuenta!. Después de este percance técnico pronto estaré con Ustedes.

Puebla de los Angeles.





Estas fotos no alcanzan a mostrar a ustedes lo mucho que conocí y disfrute de la ciudad de Puebla, fueron casi tres días los que anduve por allá, poco tiempo quizás, pero suficiente para quedar hechizada por la belleza de la ciudad. Es más que recomendable visitarla y adentrarse en parte de la historia de lo que fue la construcción de un México mestizo, conservador y eminentemente religioso; sí andan por el D.F. es fácil y poco costoso visitarla, está a escasas dos horas de la gran urbe, el boleto del camión les cuesta alrededor de $100 pesos, un hostal limpio y ubicado en el Centro Histórico sale en $100 pesos la noche en dormitorio compartido y $250 pesos la habitación sencilla, además ambas incluyen el desayuno integrado por un café, cereal, jugo y pan tostado, más que energético para cargar fuerzas e iniciar el recorrido a pie por la capital.


De los platillos típicos ¿qué contarles?, el sabor del mole, los coloridos chiles en nogada mundialmente conocidos, pero lo más común y habitual para degustar en cualquier puesto de comida, además de barato, son las cemitas de cecina, una especie de pan de torta con ajonjolí poco vistos por estos lares norteños, los tacos árabes sin duda son algo peculiar y diferente, ambos platillos deben ser acompañados invariablemente por un “jarrito” de limón, que termina por ubicarnos en los territorios sureños en que nos encontramos.

Pero más allá del arte culinario poblano, que sin duda es una delicia, lo verdaderamente gozoso son los recorridos por sus calles coloniales y edificios históricos que dan fiel testimonio de lo que debió ser el inicio de la colonización de la Nueva España, para ello que mejor que iniciar la ruta de viaje con “El turibus”, que les ofrecerá una introducción de lo que, alo largo de los siglos, Puebla ha significado para la identidad arquitectónica del país; el costo del boleto es de $70 pesos y les brindará un vistoso panorama por la gran cantidad de iglesias que hacen que Puebla sea a nivel nacional e internacional, la ciudad que alberga a más de 130 iglesias y capillas en su zona metropolitana, todas ellas con una expresión del arte sacro difícil de no admirar y valorar.

Puebla se distingue también por contar con buenos museos, el más destacable de ellos por su variedad temática es el “Museo Amparo” (que te lleva alrededor de 2 horas conocerlo), además del museo de Arte de Puebla que es ciertamente majestuoso, ubicado en lo que fue el hospital más completo y especializado de la época colonial, existen también, la Casa de los Muñecos y la Casa del Alfeñique que atesoran entre sus paredes lo más destacado del arte poblano histórico y contemporáneo.

Por ultimo, les aconsejo tomar algunos de los tours que se ofrecen en el zócalo de la ciudad, ya sea con destino a Cholula o Tehuacan; el que yo tomé y fue muy enriquecedor es el que se dirige a Cholula, que les ofrecerá un recorrido por las iglesias más representativas del barroco novo hispano, expresión máxima del sincretismo religioso de la época verdaderamente impresionante y portentoso; aquí vale una recomendación especial, nunca desdeñen la compañía de un guía turístico, aunque puede ser costoso, les posibilitara una visión más integral y correcta de los espacios que descubran.

Pero en mi gusto particular lo que no pueden dejar de conocer y explorar (porque el INAH así lo permite) son los vestigios arqueológicos de la Gran Pirámide de Cholula, una pirámide que según datos de los últimos 25 años de exploración, vienen a demostrar que es la pirámide más grande del mundo en extensión, aún más grande que la de Keops en Egipto, eso sí, con una característica muy especial, que no les contaré aquí, y que los invito a descubrir cuando tengan tiempo e interés.

Sin querer ser estrictamente nacionalista, la verdad es que conociendo las diferentes regiones de México, se comprende mucho de la naturaleza de nuestro comportamiento y desarrollo social. Disculpen ustedes lo aburrido y extenso del relato, pero sin falsas modestias quise compartir con ustedes la emoción que me produjo el conocer Puebla. Lo relacionado con la Puebla moderna y la travesía para llegar al concierto de Rossana, será para otra ocasión, que eso, requiere su relatoría aparte.













La verdad es que estas pasadas vaciones fueron realmente musicales…envidienme, jeje.

Fran: La Golosa.