domingo, 27 de abril de 2008

Dulces Quince.

No pude evitar sentir algo de sopor y escalofríos al leer la nota informativa de la celebración tumultuaria de más de 250 quinceañeras en Zócalo capitalino, todas ellas ataviadas con lo último de la moda en vestidos piñateros de avanzada generación. Conforme leía la nota pasaba de asombro en asombro, al enterarme que la organización de dicho evento estaba a cargo del Instituto de la Juventud del D.F. conjuntamente, con el apoyo de la Unión Europea y el Gobierno de España mediante El Centro Cultural España; los objetivos de dicho evento, además de la convivencia y el festín familiar y mediático son, por demás plausibles. A través de 6 mesas de discusión - previo al bailongo- se planteaba debatir sobre la construcción de una ciudadanía juvenil capitalina, acerca de la tolerancia, la sexualidad, el aborto y las adicciones.

WOW!....Vaya modalidades tan novedosas y populares que los Gobiernos de centro izquierda, implementan como políticas públicas de difusión. No estoy en contra de que de una manera sui géneris se atraiga la atención de los jóvenes y se les concientice de su condición de ciudadanos, pero..., con quinceañeras masivas? No lo sé.

El festejo de la quinceañeras, me parece un ritual de iniciación verdaderamente, Kitsch y pasado de moda, nunca he podido con ello. Ya desde mi adolescencia le temía a este tipo de eventos de sobre exposición, cargados de cursilería y sentimentalismo que a las sociedades pseudo modernas tanto les agrada.

Particularmente creo, que se refuerzan ideas mal concebidas de lo que para una joven debe significar, "entrar por la puerta grande a la sociedad". Además, no son los "quince" cuando una inicia su vida cómo ciudadana activa(partiendo de la concepción gubernamental del D.F.), se inicia mucho antes; cuando como adolescente se requiere por parte del estado, de políticas de educación acordes a los tiempos de competitividad en que se encuentran estas jóvenes; se inicia al buscar programas de salud sexual tempranos y efectivos, que verdaderamente preparen a las y los adolescentes con metodos de prevención de los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual; se inicia también, cuando se necesita de programas de atención psicológica preventiva, que respondan a la problemática social, laboral y cultural, a la que se encuentran inmersos los adolescentes.

Quizá, mi reflexión extralimita la intención del GDF y de su Instituto de la juventud, quizá, la intención es buena, personalmente no me parece complementaria la educación cívica con un festejo anquilosado y fetichista.

En fín, todo sea tambien, por ganar un record Guiness.

Por cierto aquí les dejo un videito algo grotesco de una quinceañera tradicional.

http://www.youtube.com/watch?v=nWKNqIww-kc