miércoles, 25 de octubre de 2006


Sí, fui a ver a Marcos,
Sí, me emocioné con su discurso que dirigió en el Teatro Emiliana de Zubeldía,
Sí, aplaudí con entusiasmo al escuchar sus chistes irreverentes,
Sí, lo anduve persiguiendo por el campús Universitarios hasta el auditorio de Economía,
Sí, sentí adrenalina pura, al acercarme y tomarme una foto con él,
Sí!!!, me miró a los ojos y sonrió, (lo sé por la expresión de sus ojos)
Sí, en esta foto mi rostro refleja alegría, como cuando de niña me llevaban a ver a Santoclos en Mazón Bulevares,
Sí, aún le creo a Marcos,
…aún y pese al paso del tiempo sigo admirando a “Marcos”.

Se que muchos que leen este humilde espacio estarán en total desacuerdo conmigo y es muy respetable. Pero no intento debatir aquí, si Marcos traicionó o no su discurso de hace años, ni tampoco pienso polemizar sobre la "Posible" decadencia de Marcos y el EZLN; sólo deseo expresar mi emoción genuina por conocer a uan persona, a un hombre, que a través de su palabra, me emocionó e influyó en mi formación, pero sobre todo me concientizó de la realidad en México; las cuentas, las facturas por pagar, esas se las dejo a la historia.