jueves, 20 de julio de 2006

Pasa el tiempo y todo queda...

Hace como 7 años, me invitaron a la casa de la amiga, de una amiga, para ver libros buenos y baratos, puestos a la venta para recaudar dinero en pro de una causa noble.

Compré como unos cuatro libros, creo que por todos ellos pagué no más de cien pesos, realmente había hecho una apreciable compra, que en el futuro me dejaría impactada; entre esos libros había uno que me llamó particularmente la atención, era el libro titulado El Jardín de las dudas escrito maravillosamente por Fernando Savater 1993, Barcelona, Planeta.

El libro trata sobre la comunicación entablada a través de once cartas que el filosofo francés François-Marie Arouet, conocido por el mundo ilustrado como Voltaire, escribió a Carolina de Beauregard, Mujer de familia, que vivía entre la aburrida nobleza española. El libro representa para los filósofos e historiadores apasionados por Voltaire, todo un festín de discusión donde se funden en uno sólo los discursos de Voltaire y Savater.

La obra es por demás recomendable, en momentos puede parecer densa, por la convergencia de ideas a cerca de la modernidad, la tolerancia, la religión y la imágen moral del mundo. Como decía en líneas atrás, cuando terminé de leer el libro, me di cuenta que había hecho una valiosísima compra, que por mucho tiempo me dio pautas de lectura en otras obras.

La situación principal del libro me parecía fascinante, cómo era posible que dos seres que nunca llegaron a conocerse físicamente, individuos tan disímbolos, separados por la distancia geográfica pero también por las realidades políticas y sociales, pudieran compartir tanto a través del carteo mantenido por largos años. Esa es una idea que aún me asombra y apasiona, en estos tiempos en que los avances tecnológicos son la constante de todos los días, la exposición de un pensamiento ante alguien, a quien quizá no conocerás, o que no vez físicamente, o ante alguien con quien creías no tener afinidad.

De ahí mi inquietud por titular "Jardín de las Dudas" a este Blog (con su variante del titulo del libro “El”, por cuestiones meramente de registro). Un espacio que me sirviera a mi, para exponer las ideas, los pensamientos y por supuesto las dudas respecto a una idea, un tema, o cualquier situación que me provocara un análisis, concienzudo o elaborado, simple o trivial (eso ya fuera de las manos de los anónimos comentarios).

Este espacio al que humildemente he trato de alimentar asiduamente y al que ustedes amablemente vistan, llegó a un año de publicación el pasado 19 de julio. Realmente me sorprende haberlo mantenido por tantos meses, mi primera intención no era tal. Quería activar el ejercicio de escribir, confeccionando textos sin grandes ambiciones, quizá con garrafales errores ortográficos pero con gran animo. Debo confesarlo, nunca aspiré a ser la gran escritora ni ha promover grandes polémicas, sino simplemente y llanamente compartir ideas; como lo he dicho siempre (y aunque ahora me contradiga un poco) prefiero el anonimato ante todo. Pero no pude pasar de lado una posibilidad tan efectiva para comunicar, como es el mundo de los Blogs.

Gracias a los amig@s, que dedican un tiempo a visitar este y otros tipos de espacios, y sobre todo aquellos que imprimen su opinión para que el jardín siga floreciendo de certezas o dudas. Gracias.

La Fran.

viernes, 7 de julio de 2006

Sin remedio.

Siempre me han gustado las plantas, me gusta como se ven los interiores de las casas con este tipo de adornos, se que eso de la botánica requiere dedicación esfuerzo y cariño. Pero entusiasmada por esa actividad me animé a comprar una planta hermosa frondosa, verde; con mucho entusiasmo adquirí la mejor maceta posible, me dijeron que la cerámica es el mejor material para que la humedad se trasmine y alimente la plantita. Compré también un instructivo donde se especifican a detalle, los días que debe regarse hasta la temperatura optima del agua, los horarios en que hay que sacarla a la intemperie a tomar la luz del día y hasta la luz de la luna que puede beneficiar e influir en su crecimiento. Quería realmente que mi plantita se desarrollara con éxito, que sus hojas crecieran amplias y verdes; gasté una pequeña cantidad de dinero en el mejor fertilizante, dedique mi tiempo a buscar recomendaciones de gente que sabe y ha tenido experiencias con plantas, para no cometer ningún error y con ello dañar el crecimiento de mi plantita. Quería presumirla ante mis amigos, presumirles que he sido toda una experta jardinera.

Todo iba muy bien en verdad, todos los días me levantaba y vigilaba su crecimiento de, observaba con entusiasmo como sus hojitas se iban desenroscando y surgían verdes y brillantes. Y así pasaron los días… como la veía hermosa y con buen tamaño, me confié en que no requería tanta vigilancia, le deje de prestar atención, y ahora mi plantita se ha transformado. Le salieron unas manchas amarillas extrañas, el tronco se volvió poroso y la tierra que la contiene se granuló de forma asquerosa, hasta se percibe maloliente, como a podrido, como ese olor a muerte, imposible de eliminar con aromatizante.

Me siento decepcionada, triste, desilusionada, fraudeada, por que por más interés y esfuerzo que puse en su cuidado y desarrollo, al final de la temporada de verano, mi plantita no pudo florecer y adornar con resplandor el interior de mi hogar.

Igual, exacta-men-te igual me siento en referencia al IFE, y a todo lo que en los últimos días he observado en los medios, a cerca del desempeño de este Instituto. DECEPCIONADA, TRISTE, DESILUSIONADA, FRAUDEADA, y no importa tanto quien gano, sino que todo el esfuerzo y dedicación por tener elecciones confiables, se tiro al bote de la basura, al bote de la basura, a donde en estos momentos me dirijo a tirar mi plantita.