miércoles, 18 de julio de 2007

Los hijos no se parecen a los padres.


Cómo me gustaría que esa frase de que España es la madre patria, fuera en más de un sentido, literal. Que fuera una madre que protege y conduce por ese camino del éxito en el que España se encuentra inmersa, a su hijo menor México, al más incorregible de sus vástagos coloniales, el cual no aprende la lección tantas veces repetidas. Digo, tampoco se asusten los defensores de la soberanía mexicana (la qué?), no es que desee volver a los tiempos de los virreinatos, no para nada. Pero es que al ver la historia reciente de España, queda uno sorprendido del avance que han logrado. Aquí algunos puntos para comparar.

-En 1977 México y España tenían niveles de desarrollo similares. A 30 años de distancia las cosas son muy distintas.
-España en el 77 concluía con “el pacto de la Moncloa” un proceso difícil y doloroso que dividió a su población durante el franquismo.
- México venia de la crisis económica del 76, y estábamos sumergidos en una “guerra sucia”, donde muchos mexicanos estaban desaparecidos a causa de su participación política; no tuvimos un pacto o un acuerdo que reconciliase a los grupos antagonistas, de hecho aun lo estamos esperando 30 años después, con la llamada “fiscalía para los delitos del pasado”.
-En 1986 España se incorpora a la Comunidad Europea, para estar integrada completamente en 1993 con la firma del Tratado de la Unión Europea (UE).
-En enero de 1994, México esta metido en dos realidades: la de la reciente vigencia del Tratado de libre comercio y la de la irrupción de una guerrilla en el sureste mexicano, el EZLN, que hasta la fecha permanece actual.
-Y España aun cohabita con ETA.

En fin podíamos seguir enumerando puntos a comparar entre estos países, pero no es mi intención, además que no soy una especialista en el tema. Pero de verdad, a veces uno quisiera ir en contra de todas las concepciones políticamente correctas que hablan de la independencia de los pueblos y de la defensa de la soberanía, y no desear la rígida tutoría de pueblos exitosos como el Español, uno desearía estar en sintonía ideológica, económica y por supuesto política con este país, que sería –creo yo- de gran utilidad para un México que aun no encuentra el camino correcto para un verdadero avance y desarrollo.